
No creo en magia, no creo en las estrellas y desde luego, no creo en la Navidad... pero esa estrella fugaz duró tanto tiempo que pensé: ¿y por qué no pido un deseo? Y ya que esa noche decidí creer en los deseos, no puedo revelar cuál es, porque no se cumpliría, pero puedo desear cumplir todo lo que no cumplí en el 2008. Y desear que acabe pronto esta época navideña...
No creo que hayan suficientes estrellas para cumplir todos mis deseos. Pero por intentarlo...
4 comentarios:
Qué afortunada! Ese momento me hubiera dejado en shock. Con lo que me gusta creer a mí en instantes así...
Suerte y que se cumpla!
que bello! viste la estrella que ahora mismo esta guiando a los reyes magos!!! por suerte yo no tengo nada q pedir, soy muy feliz, pero espero q tus deseos se cumplan
Saludos.
Le escribo para hacerle efectiva la invitación a mi blog.
En él inserto un artículo en el que advierto a todos los que quieran leerlo lo que me ocurrió con el Santander Central Hispano. Yo caí… hasta cierto punto, en el engaño. Pero al menos mi experiencia valdrá para que otros no sigan mi camino.
La verdad, nunca aguanté la mentira.
Sobra decir que siempre que lo desee será bien recibido en mi humilde espacio virtual.
Un abrazo desde Gran Canaria.
Hay, pues qué lindo!
De seguro fue un estirón de orejas de las estrellas. Ellas son nuestras hadas madrinas, nuestras celestinas, nuestras escuchas.
Y que todos tus deseos se cumplan. Pide un deseo a cada estrellita que veas. Aunque se tarde, si la estrella ve que es un deseo hecho con amor, tarde o temprano llegará.
Pax et Lux
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