Anoche soñé que estaba contigo, soñé que el tiempo no había pasado, que todo seguía igual que ayer, que aún me querías. ¿Pero quién eras? Eso me pregunté al despertar. En esos primeros momentos del día en los que te vienen pedacitos de sueños, recordé casi todo lo que había soñado. Todo, menos la persona que estaba a mi lado y que me hacía tan feliz. Sabía que se trataba de alguien a quien una vez amé, pero no veía su cara.
Entonces volví a cerrar los ojos y en vez de esforzarme por recordarte, simplemente me concentré en mis sentimientos. No pensé en los detalles del sueño: tu mano cogiendo la mía, tus besos, las palabras que me decías... Sólo me centré en cómo me sentía mientras ocurría todo eso, en lo que sentía por ti y en lo feliz que era. Y entonces supe quien era el chico de mi sueño, supe que eras tú, porque cada persona es única y cada persona me hace o me ha hecho sentir de forma diferente. Pero esa sensación, una de las mejores sensaciones de mi vida, sólo me la has hecho sentir tú.
No he vuelto a pensar en ese sueño en todo el día. Desde hace un tiempo no me permito pensar en ti, ni para bien ni para mal. Odio tener que reconocer que contigo era feliz, que entre tus brazos me sentía segura, que creí que lo nuestro duraría para siempre. Odio recordar que te amaba. Pero por mucho que lo intente, por mucho que lo odie, he de reconocer que todo sigue presente en el fondo de mi mente, y por eso apareciste anoche en mis sueños. Borrarte de mi vida fue lo más difícil que he hecho nunca, ¿cuándo podré borrarte al fin de mis sueños?
Entonces volví a cerrar los ojos y en vez de esforzarme por recordarte, simplemente me concentré en mis sentimientos. No pensé en los detalles del sueño: tu mano cogiendo la mía, tus besos, las palabras que me decías... Sólo me centré en cómo me sentía mientras ocurría todo eso, en lo que sentía por ti y en lo feliz que era. Y entonces supe quien era el chico de mi sueño, supe que eras tú, porque cada persona es única y cada persona me hace o me ha hecho sentir de forma diferente. Pero esa sensación, una de las mejores sensaciones de mi vida, sólo me la has hecho sentir tú.
No he vuelto a pensar en ese sueño en todo el día. Desde hace un tiempo no me permito pensar en ti, ni para bien ni para mal. Odio tener que reconocer que contigo era feliz, que entre tus brazos me sentía segura, que creí que lo nuestro duraría para siempre. Odio recordar que te amaba. Pero por mucho que lo intente, por mucho que lo odie, he de reconocer que todo sigue presente en el fondo de mi mente, y por eso apareciste anoche en mis sueños. Borrarte de mi vida fue lo más difícil que he hecho nunca, ¿cuándo podré borrarte al fin de mis sueños?