
Otra noche sin dormir... pero esta vez estoy tranquila. No que todo se haya arreglado, ni mucho menos, pero el día ya no es tan negro, algunas cosas pierden importancia, otras no son como me las imagino siempre... La vida no es tan dramática como quiero creer. Y son las pequeñas cosas las que te hacen sonreir.
Esta noche la inquietud no me ha quitado el sueño. Realmente no sé qué ha sido. Tal vez sí esté preocupada, y la manifestación sea el insomnio. Pero esta noche no me ha dado por pensar en algo triste, sino que he pensado en algo que ocurrió hace más de diez años. Se dice pronto, diez años... La vida transcurre a pasos de gigante, y no te das cuenta de lo que va pasando hasta que llega un día y te das cuenta de que ya pasó...
Y lo que pensé fue en alguien. Podría considerarse mi primer novio. Realmente no lo fue, pero fue el primero que importó. Y con el paso del tiempo no importó tanto, me enamoré mil veces más de lo que creí amarle, pero en realidad sí que importó. Porque marcó un punto de inflexión. Después de él, no volvió a quererme ningún hombre. Y yo lo atribuyo a una especie de energía cósmica, el karma, como castigo por lo mal que me porté con él...
Pero no fue en eso en lo que pensé esta noche. No. Pensé en mi lucha por conseguir su amor. Pensé que cuando lo conocí no me llamó la atención. Me fijé en él porque me hizo un cumplido. A veces las historias de amor empiezan de la manera más tonta del mundo. Pero así fue. Me hizo un cumplido muy bonito, y caí. Teníamos trece años. Él tenía novia. Lo nuestro era imposible, pero él sentía algo por mí. Recuerdo que durante ese curso luché. Luché por obtener de él esa declaración. Luché tanto que lo conseguí, con ayuda de mis amigos, hay que reconocerlo, esos amigos a los que me costó tanto decirles lo que sentía. Lo conseguí, pero simplemente conseguí esa declaración, y saber que estaba confundido entre su novia y yo y no sabía qué hacer...
Al año siguiente nos distanciamos. Él ni siquiera me hablaba, ni me saludaba. Más tarde supe que me odiaba por aquel entonces. Nuestros amigos comunes me dijeron de abandonar, de dejar el tema, que no valía la pena, que era una pérdida de tiempo, que me estaba volviendo loca. Pero no abandoné. Seguí luchando. Luché muchísimo. Tuve días malos, días horribles, pequeños logros, poco a poco, pero todo indicaba que debía abandonar. Pero no lo hice. Él incluso llegó a decir que nunca habría nada entre nosotros, que sólo seríamos amigos. Pero yo me negué a creerlo. Así que dos años después de haberme fijado en él y ante el asombro de esos amigos que me decían de abandonar, él estaba loco por mí.
Nunca he vuelto a luchar tanto por alguien, después de esa historia, simplemente me he dejado llevar... Me he fijado en quien se fijaba en mí, y cuando me he fijado en quien no mostraba interés he tirado la toalla. Y eso me hace pensar que tal vez el origen de mi mala suerte no sea el karma, tal vez sea mi pereza. Y lo pienso pero aún así la simple idea de luchar por alguien me parece ridícula, prefiero huir, esconderme, hasta que "se me pase"... Me parece más fácil enmendarme con ese chico que intentar luchar por alguien. Creo que esa historia simplemente quedara como un recuerdo. Un recuerdo de aquella vez en que fui valiente...
1 comentario:
Creo que deberías hablar seriamente con él, tal vez se ponga en equilibrio tu vida: encuentres el amor, acabes la carrera, consigas un buen trabajo... te toque la lotería!
Yo no se que tengo que hacer para acabar la carrera, he tenido que hacer cosas terribles en mi adolescencia jejeje
Bueno, creo que la solución más cómoda ahora es comprarte una cajita de valerianas, y este verano a poner en paz tu Karma...un viaje de relax y de reflexión.
y...Dulces sueños
Publicar un comentario